No nos damos cuenta de cómo nuestro mundo, el del día a día que nos rodea, va mutando de forma sorprendente, y lo digo porque no sabemos bien en que momento dejamos de pertenecer al mundo de los niños. Porque lo que está claro es que el mundo de los niños es otro totalmente distinto al de los “mayores”, y como tal pues se rige por leyes distintas, leyes no escritas, pero leyes tan válidas y serias como las de los mayores.
No sé como será ahora pero pondré algunos ejemplos de cómo era cuando yo vivía en ese mundo de enanos, aunque vislumbro que los críos de ahora son bastante más racionales, comedidos y menos “duros” que los de antes, es decir, todo es más antinatural, porque los enanos son unos cabrocentes de cuidao, y lo son de manera innata.
Por ejemplo en cuanto a lo que pesos y medidas se refiere no teníamos ni puñetera idea pero si alguien se pedía un bocado de tu bocadillo, tú colocabas los pulgares a modo de “tope” de hasta dónde podía morder, y esa medida estaba totalmente reconocida y aceptada.
Otra es que no sabíamos que eran ciertas cosas como el Índice de Masa Corporal (IMC), porque entre otras cosas no había ni un solo niño “obeso”. Eso sí, siempre estaba el gordo de la clase, porque así le llamábamos; “Eh gordo!!!” (de esto ya se ha hablado mucho, verdad?). Es que aquello del mobbing, bullying etc.., no tenía nombre todavía (aunque existir.. existía… coño que si existía!!).
No nos hacía falta una portería para jugar al fútbol porque dos mochilas en el suelo constituían una portería totalmente reglamentaria, y cuando uno chutaba si alguien decía “Alta!!!” o… “A salido Alta!!” Eso… eso iba a misa, nadie lo discutía, ha sido alta y punto. Era como cuando alguien decía “No vale chutar fuerte” (Por aquí se decía “no vale tafarrás.. pero claro eso ya es propio de cada lugar”) pues leches… todos sabíamos exactamente lo que era fuerte y lo que no. Y si estabas en la calle y pasaba un coche, todos parábamos simultaneamente el juego y lo retomábamos exactamente en el mismo punto, vamos que parecía que la habían dado al “Pause” y después al “Play.”
Cuando se decía de jugar a algo, la gente cogía turno “por velocidad” y ese turno era ley. No sé, por ejemplo… alguien decía “Vamos a jugar a saltar de la tapia” (Sí sí, jugábamos a cosas de estas) e inmediatamente uno decía en voz muy alta y a toda leche “Primer” a lo que súbitamente seguían las voces de los demás “Segun!!” “Tercero!!!” “Cuarto!!!” y así… y si dos coincidían diciendo “Según!!!” pues el más fuerte decía – “Lo he dicho yo primero”, y el otro se callaba la boca y bajaba al tercer puesto siempre y cuando el que ya tenía el tercer puesto no fuera más fuerte y así iba bajando hasta que encontrara a un “igual” u otro cuyas collejas fueran de menor intensidad que las suyas propias.
Hay algunas leyes de los niños que son auténticamente Ley del Talión, a veces incluso pienso que las escribió el mismo tipo que hizo aquel antiguo código.. . Ya me lo veo…
- A ver a ver… venga: “Ojo por ojo y diente por diente”
- A ver otra ley que cambie los designios de la justicia en el mundooo… Ah! Ya está; “La ley de la botella, el que la tire va a por ella”
Pero luego estaba la Ley de leyes que era “No vale… ”. Alguien decía “vamos a jugar al escondite” pues bien, si alguien decía “No vale esconderse en los árboles” como se te ocurriera subirte a uno o meterte detrás y alguien dijera “Adolfo se ha escondido en un árbol… Adolfo se ha escondido en un árbol… Adolfo se ha escondido en una árbol” date por muerto… Y lo pongo tres veces porque los niños, lo recordaréis, cuando quieren chivarse al resto del grupo de algo empiezan a gritarlo como si fueran una sirena anti-incendios o un niño de San Ildefonso que acaba de cantar el gordo… que se van hasta la mesa repitiendo a gritos una y otra vez lo mismo y con ese tono acusativo… pues igual, y da igual si es amigo tuyo o no, alguien dijo que no podías subir al árbol y tu has quebrantado la Ley. Eres culpable. Todos tienen que saberlo. La madre que los pario!!!.. mejor dicho La madre que NOS pario!!!
Si un chico jugaba a la comba, a la goma, o a los cromos con las chicas, era declarado “Mariquita” (nada de gay eh…) Ah… también eras Mariquita si llegabas el último en una carrera. Y las carreras empezaban precisamente con el anuncio de esto mismo en voz alta … ya sabéis…. “Mariquita el últimoooo!!!!! Y todos a correr, ¿A donde? Pues nadie lo sabía muy bien pero allá que íbamos como los velociraptores, todos corriendo a donde iba el primero, por si acaso…
De igual manera, aquella chica que se ocurriera jugar al fútbol era “La marimacho” de la clase. Así lo pedía la ley popular. Sin comentarios.
Tener un balón te convertía en el señor feudal de todo el “condado de tu clase” todos eran tus sirvientes y esclavos. Era la Ley.
Balón que por cierto te llevabas al cole en una bolsa a la cual ibas dándole patadas a cada paso que dabas hasta que se rompía la bolsa, ah… y pòr supuesto llevando el chaquetón puesto sólo la capucha y cayendo por encima del mochilón de cincuenta kilos en cuyo fondo siempre se te destapaba un rotulador de la marca “Carioka” dejando un manchurrón oscuro de tinta en el fondo.
Las transacciones comerciales se realizaban con cromos, canicas y cosas así…
La ley nos otorgaba el legítimo derecho de tirar por detrás de los sujetadores de las más precoces de la clase, aunque la misma ley les autorizaba a ellas a corrernos a hostias por todo el patio del colegio también…
Los que iban a octavo curso eran los reyes, y el más fuerte de octavo el “Rey Leon” del colegio el “Simba” del patio. Ahora ya no se llama ni octavo… la verdad es que tengo que pararme a pensar cual es el equivalente ahora.. da igual…
Después estaban las fuerzas del órden público. Los profes. Un buen ejemplo de ello es que cuando había una pelea, peleas en las cueles, por cierto, todo el mudo sabía las reglas (nada de pellizcos ni bocados etc….) bueno como decía, cuando había una pelea, llegaban los profes antidisturbios abriéndose paso a colleja limpia con todo ser viviente, a la voz de “largo” “fuera!!” hasta que llegaban a los púgiles en concreto, a los cuales levantaban del suelo tirando de la oreja, y así te llevaban hasta donde te tuvieran que llevar, que no te tocaban los pies el suelo. Normalmente te llevaban hasta el Tribunal Superior de Justicia. “El dire”
En fin, hay mil ejemplos más pero ya sabéis a lo que me refería hoy con la Ley de los Enanos, verdad? Estoy completamente seguro de que ahora mismo os vienen a la mente unas cuantas Leyes más.. ale… pues no os cortéis y me las dejáis aquí abajo… en los comentarios…
Cuando tengáis chavales cerca observadlos. Se organizan mejor que un hormiguero, Luego aprenden a saltarse esas leyes, a desorganizarse, y a no entender nada. Se llama pubertad.
Nos vemos por aquí.
No sé como será ahora pero pondré algunos ejemplos de cómo era cuando yo vivía en ese mundo de enanos, aunque vislumbro que los críos de ahora son bastante más racionales, comedidos y menos “duros” que los de antes, es decir, todo es más antinatural, porque los enanos son unos cabrocentes de cuidao, y lo son de manera innata.
Por ejemplo en cuanto a lo que pesos y medidas se refiere no teníamos ni puñetera idea pero si alguien se pedía un bocado de tu bocadillo, tú colocabas los pulgares a modo de “tope” de hasta dónde podía morder, y esa medida estaba totalmente reconocida y aceptada.
Otra es que no sabíamos que eran ciertas cosas como el Índice de Masa Corporal (IMC), porque entre otras cosas no había ni un solo niño “obeso”. Eso sí, siempre estaba el gordo de la clase, porque así le llamábamos; “Eh gordo!!!” (de esto ya se ha hablado mucho, verdad?). Es que aquello del mobbing, bullying etc.., no tenía nombre todavía (aunque existir.. existía… coño que si existía!!).
No nos hacía falta una portería para jugar al fútbol porque dos mochilas en el suelo constituían una portería totalmente reglamentaria, y cuando uno chutaba si alguien decía “Alta!!!” o… “A salido Alta!!” Eso… eso iba a misa, nadie lo discutía, ha sido alta y punto. Era como cuando alguien decía “No vale chutar fuerte” (Por aquí se decía “no vale tafarrás.. pero claro eso ya es propio de cada lugar”) pues leches… todos sabíamos exactamente lo que era fuerte y lo que no. Y si estabas en la calle y pasaba un coche, todos parábamos simultaneamente el juego y lo retomábamos exactamente en el mismo punto, vamos que parecía que la habían dado al “Pause” y después al “Play.”
Cuando se decía de jugar a algo, la gente cogía turno “por velocidad” y ese turno era ley. No sé, por ejemplo… alguien decía “Vamos a jugar a saltar de la tapia” (Sí sí, jugábamos a cosas de estas) e inmediatamente uno decía en voz muy alta y a toda leche “Primer” a lo que súbitamente seguían las voces de los demás “Segun!!” “Tercero!!!” “Cuarto!!!” y así… y si dos coincidían diciendo “Según!!!” pues el más fuerte decía – “Lo he dicho yo primero”, y el otro se callaba la boca y bajaba al tercer puesto siempre y cuando el que ya tenía el tercer puesto no fuera más fuerte y así iba bajando hasta que encontrara a un “igual” u otro cuyas collejas fueran de menor intensidad que las suyas propias.
Hay algunas leyes de los niños que son auténticamente Ley del Talión, a veces incluso pienso que las escribió el mismo tipo que hizo aquel antiguo código.. . Ya me lo veo…
- A ver a ver… venga: “Ojo por ojo y diente por diente”
- A ver otra ley que cambie los designios de la justicia en el mundooo… Ah! Ya está; “La ley de la botella, el que la tire va a por ella”
Pero luego estaba la Ley de leyes que era “No vale… ”. Alguien decía “vamos a jugar al escondite” pues bien, si alguien decía “No vale esconderse en los árboles” como se te ocurriera subirte a uno o meterte detrás y alguien dijera “Adolfo se ha escondido en un árbol… Adolfo se ha escondido en un árbol… Adolfo se ha escondido en una árbol” date por muerto… Y lo pongo tres veces porque los niños, lo recordaréis, cuando quieren chivarse al resto del grupo de algo empiezan a gritarlo como si fueran una sirena anti-incendios o un niño de San Ildefonso que acaba de cantar el gordo… que se van hasta la mesa repitiendo a gritos una y otra vez lo mismo y con ese tono acusativo… pues igual, y da igual si es amigo tuyo o no, alguien dijo que no podías subir al árbol y tu has quebrantado la Ley. Eres culpable. Todos tienen que saberlo. La madre que los pario!!!.. mejor dicho La madre que NOS pario!!!
Si un chico jugaba a la comba, a la goma, o a los cromos con las chicas, era declarado “Mariquita” (nada de gay eh…) Ah… también eras Mariquita si llegabas el último en una carrera. Y las carreras empezaban precisamente con el anuncio de esto mismo en voz alta … ya sabéis…. “Mariquita el últimoooo!!!!! Y todos a correr, ¿A donde? Pues nadie lo sabía muy bien pero allá que íbamos como los velociraptores, todos corriendo a donde iba el primero, por si acaso…
De igual manera, aquella chica que se ocurriera jugar al fútbol era “La marimacho” de la clase. Así lo pedía la ley popular. Sin comentarios.
Tener un balón te convertía en el señor feudal de todo el “condado de tu clase” todos eran tus sirvientes y esclavos. Era la Ley.
Balón que por cierto te llevabas al cole en una bolsa a la cual ibas dándole patadas a cada paso que dabas hasta que se rompía la bolsa, ah… y pòr supuesto llevando el chaquetón puesto sólo la capucha y cayendo por encima del mochilón de cincuenta kilos en cuyo fondo siempre se te destapaba un rotulador de la marca “Carioka” dejando un manchurrón oscuro de tinta en el fondo.
Las transacciones comerciales se realizaban con cromos, canicas y cosas así…
La ley nos otorgaba el legítimo derecho de tirar por detrás de los sujetadores de las más precoces de la clase, aunque la misma ley les autorizaba a ellas a corrernos a hostias por todo el patio del colegio también…
Los que iban a octavo curso eran los reyes, y el más fuerte de octavo el “Rey Leon” del colegio el “Simba” del patio. Ahora ya no se llama ni octavo… la verdad es que tengo que pararme a pensar cual es el equivalente ahora.. da igual…
Después estaban las fuerzas del órden público. Los profes. Un buen ejemplo de ello es que cuando había una pelea, peleas en las cueles, por cierto, todo el mudo sabía las reglas (nada de pellizcos ni bocados etc….) bueno como decía, cuando había una pelea, llegaban los profes antidisturbios abriéndose paso a colleja limpia con todo ser viviente, a la voz de “largo” “fuera!!” hasta que llegaban a los púgiles en concreto, a los cuales levantaban del suelo tirando de la oreja, y así te llevaban hasta donde te tuvieran que llevar, que no te tocaban los pies el suelo. Normalmente te llevaban hasta el Tribunal Superior de Justicia. “El dire”
En fin, hay mil ejemplos más pero ya sabéis a lo que me refería hoy con la Ley de los Enanos, verdad? Estoy completamente seguro de que ahora mismo os vienen a la mente unas cuantas Leyes más.. ale… pues no os cortéis y me las dejáis aquí abajo… en los comentarios…
Cuando tengáis chavales cerca observadlos. Se organizan mejor que un hormiguero, Luego aprenden a saltarse esas leyes, a desorganizarse, y a no entender nada. Se llama pubertad.
Nos vemos por aquí.
Hola? Hola? Probando 1 2 1 2
ResponderEliminarHola Hermanito, bien dicho, que tiempos!! asi eran las cosas, tal cual. Respecto a lo que has dicho se no te importa quisiera añadir algo. Se habla en estos tiempos de que si los crios sufren de " Estres escolar" bueno... Yo me acuerdo que en aquella epoca se solia repetir lo del Estres escolar a menudo... Un dia cualquiera te quedabas en la cama hasta las ocho menos cinco, despues de repetidas advertencias la pobre de tu Madre desesperada acudia a tu Padre para que solucionara el asunto, entonces tu padre entraba en tu habitacion como Clint Eastwood en " Sin Perdon " y te soltaba algo asi como " me cago en dios y en la ostia puta como no te levantes te inflo pedazo gandul!!!" En menos de dos minutos te habias levantado-aseado-desayunado-equipado-y-llegado-al-colegio...Eso era el autentico Estres escolar no cres y tambien una ley mas que por narices cumpliamos como machotes los enanos de aquella epoca jeje. Bueno hermanito que me ha gustado mucho sigue asi
ResponderEliminar, hablamos, besitos.
Añadiendo algo a lo q ya habéis comentado,es curioso q ahora a ningún profesor se le ocurriría coger al alumno de la oreja y llvarlo a rastras pq rapidamente empezaría un cruce de denuncias,juicios...
ResponderEliminarNo hace tanto,hablo por mi hermano q nació en el 80,pues aún en su época era así,q no llegaras a casa y le dijeras a tu padre:
-Papá la maestra me ha pegado un cachete
Pq tu padre inmediatamente te pegaba dos y sin preguntar te decía:
Y a la próxima serán cuatro,entendido?!!
Y la verdad es q no estabamos traumatizados en absoluto.A mi personalmente me traumatizó mucho más q nunca me compraran el microfono rosa q tanto m gustaba...aún me gustan!:-(.Lástima q ahora ya tengo sentido del ridículo!
Aisss eso de 1,2,probando,probando,ha hecho renacer en mi los fantasmas del pasado jajaj.
Bueno Adolfo,como siempre...lo has "bordao"!
Un petonet.
Muy bueno, Adolfo... Me identifico con todo eso del cole y tal... No sé en tu caso, pero yo de crío era futbolero... Hoy en día, los nanos que no van muy en serio con el fútbol (es decir, a los que los papis no acompañan a entrenar con su equipo y demás), como mucho se la pican jugando en la Play, seleccionando como jugador a Cristiano Ronaldo o algún marica de turno, de esos que rulan por los estadios del mundo... Yo recuerdo, en mi experiencia, que a la hora del recreo todos jugábamos al fútbol con una bola de papel Albal del bocata... Siempre acababa aplastada y había que recordar que no valía pisarla y arrastrarla hasta meter gol... Eso, en el mejor de los casos... Lo chungo era cuando todo el Albal estaba aplastado y jugábamos con un bote de la Verja, de zumo de uva... Sacaban un corner y tú (gilipollas) ¡rematabas de cabeza!... Una puta lata en la cabeza, duele, cuando eres crío y ahora... Pero, también fui muy feliz y no estoy nada traumatizado por ello... En fin, lo dicho... Me gusta lo que escribes, tío... Seguiré pasando por aquí de vez en cuando... El Anónimo Juanma...
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