lunes, 30 de marzo de 2009

Memoria de pez... tal vez.




Si os paráis a pensar en los años que tenemos cada uno, y lo multiplicamos por dos, obtendremos el número de veces que hemos pasado por cambio horario, sí sí, ya sabéis, el típico ajuste de verano y de invierno.
Coño!!! No va siendo hora ya de que recordemos si retrasan o adelantan la hora ??!!!
Pero… qué pasa con esto?? Por qué cada vez tenemos que parar a recordar si es una hora más o una hora menos??? Nos acordamos de mil cosas pero de esto nunca,. Y es que yo creo que tenemos un rincón del cerebro donde van a parar ciertas cosas, cosas que deberíamos saber pero que al cerebro le importa tres pimientos; El cambio de hora, la diferencia entre los cuartos y las campanadas en noche vieja, el Mínimo Común Múltiplo y Máximo Común Divisor...

Ese rincón del cerebro es como el planeta de los calcetines (es donde van a parar los calcetines desparejados, esos que nunca te explicas que hayan desaparecido de tu casa, y que un día reaparecen, esos que ni Mulder ni Scully serían capaces de encontrar).

Y otra vez a escuchar la mismas conversaciones…

- Oyes este sábado cambian la hora no?
- Sí. La retrasan, …no?
- No hombre será que la adelantan.
- A ver, a las dos será la una, verdad
- Nooooo… a las cuatro serán las cinco..
- Hostia, entonces tenemos una hora menos de marcha para salir el sábado..!!!
- Pues es verdad!!! Qué putada, no?

Mi sugerencia es que den la noticia así en los noticiarios y prensa:

“Este sábado tenemos una hora menos de marcha ¡!!!!”

Una inmensa mayoría lo entenderíamos mejor así (que manda huevos también…)

Es que lo de salir es algo universal y además sirve como unidad de medida, orientación etc…

Porque… qué es lo primero que haces cuando llegas a una ciudad…eh??? Pues preguntar. “Oye, perdona… Aquí por dónde se sale?? “ o… “Dónde está la zona de copas” “O de tapas???” “O de vinos????”

Si eres de los que preguntas por dónde encontrar las ruinas del pre-románico, pues en fin… no te preocupes… con ayuda se puede superar.

Aprovecho para saludar a los pre-románicos.

Realmente el cerebro está lleno de recovecos que albergan comportamientos absurdos, como por ejemplo, poner una linterna en la guantera del coche…(¿??!!). Realmente alguien espera que, el día que haga falta usarla, las pilas van a funcionar??? Y lo sabemos pero ahí está la linternita, cayéndose cada vez que abres la guantera. Y si algún día alguien os dice “Pues yo le cambio las pilas cada cierto tiempo para que no me pase esto”, desconfiad!!! Eso es que es un raro… un abducido o algo así… ese comportamiento es más sospechoso que un gitano haciendo footing.

Otra cosa; Por qué utilizamos de manera normal cualquier producto envasado… pero nos empeñamos en “sacarle las entrañas” a la pasta de dientes??!!!! Habrá cosa que se apure más? Ahora hay muchos tipos de envases, pero un servidor sigue utilizando el tubo de toda la vida (que por cierto, os habéis preguntado como consiguen que salga la pasta a rayas rojas y blancas … eh?, porque no sale todo mezclado…??) Dios mío… a veces pienso en que diría si alguien me viese estrujando el tubo para sacarle un miligramo de pasta… “Es necesario esto?”. Joer pero si es que a veces me he sorprendido como si fuera Golum con un tubo de dentífrico en las últimas y diciendo aquello de …” Mi tesoro…”. En fin, siempre me pregunto si me pasa a mi sólo esto, claro, tampoco es plan de ir preguntando si no lo toman por loco a uno… y bastante tengo ya con escribirlo.

Dicen… “El saber no ocupa lugar”… pues no sé yo..eh.. pero a veces uno tiene la sensación de tener el “disco duro” a tope, y claro.. así nos va (plural mayestático?).

Enga… nos vemos…

viernes, 13 de marzo de 2009

La Ley de los Enanos.




No nos damos cuenta de cómo nuestro mundo, el del día a día que nos rodea, va mutando de forma sorprendente, y lo digo porque no sabemos bien en que momento dejamos de pertenecer al mundo de los niños. Porque lo que está claro es que el mundo de los niños es otro totalmente distinto al de los “mayores”, y como tal pues se rige por leyes distintas, leyes no escritas, pero leyes tan válidas y serias como las de los mayores.

No sé como será ahora pero pondré algunos ejemplos de cómo era cuando yo vivía en ese mundo de enanos, aunque vislumbro que los críos de ahora son bastante más racionales, comedidos y menos “duros” que los de antes, es decir, todo es más antinatural, porque los enanos son unos cabrocentes de cuidao, y lo son de manera innata.

Por ejemplo en cuanto a lo que pesos y medidas se refiere no teníamos ni puñetera idea pero si alguien se pedía un bocado de tu bocadillo, tú colocabas los pulgares a modo de “tope” de hasta dónde podía morder, y esa medida estaba totalmente reconocida y aceptada.
Otra es que no sabíamos que eran ciertas cosas como el Índice de Masa Corporal (IMC), porque entre otras cosas no había ni un solo niño “obeso”. Eso sí, siempre estaba el gordo de la clase, porque así le llamábamos; “Eh gordo!!!” (de esto ya se ha hablado mucho, verdad?). Es que aquello del mobbing, bullying etc.., no tenía nombre todavía (aunque existir.. existía… coño que si existía!!).

No nos hacía falta una portería para jugar al fútbol porque dos mochilas en el suelo constituían una portería totalmente reglamentaria, y cuando uno chutaba si alguien decía “Alta!!!” o… “A salido Alta!!” Eso… eso iba a misa, nadie lo discutía, ha sido alta y punto. Era como cuando alguien decía “No vale chutar fuerte” (Por aquí se decía “no vale tafarrás.. pero claro eso ya es propio de cada lugar”) pues leches… todos sabíamos exactamente lo que era fuerte y lo que no. Y si estabas en la calle y pasaba un coche, todos parábamos simultaneamente el juego y lo retomábamos exactamente en el mismo punto, vamos que parecía que la habían dado al “Pause” y después al “Play.”

Cuando se decía de jugar a algo, la gente cogía turno “por velocidad” y ese turno era ley. No sé, por ejemplo… alguien decía “Vamos a jugar a saltar de la tapia” (Sí sí, jugábamos a cosas de estas) e inmediatamente uno decía en voz muy alta y a toda leche “Primer” a lo que súbitamente seguían las voces de los demás “Segun!!” “Tercero!!!” “Cuarto!!!” y así… y si dos coincidían diciendo “Según!!!” pues el más fuerte decía – “Lo he dicho yo primero”, y el otro se callaba la boca y bajaba al tercer puesto siempre y cuando el que ya tenía el tercer puesto no fuera más fuerte y así iba bajando hasta que encontrara a un “igual” u otro cuyas collejas fueran de menor intensidad que las suyas propias.

Hay algunas leyes de los niños que son auténticamente Ley del Talión, a veces incluso pienso que las escribió el mismo tipo que hizo aquel antiguo código.. . Ya me lo veo…
- A ver a ver… venga: “Ojo por ojo y diente por diente”
- A ver otra ley que cambie los designios de la justicia en el mundooo… Ah! Ya está; “La ley de la botella, el que la tire va a por ella”

Pero luego estaba la Ley de leyes que era “No vale… ”. Alguien decía “vamos a jugar al escondite” pues bien, si alguien decía “No vale esconderse en los árboles” como se te ocurriera subirte a uno o meterte detrás y alguien dijera “Adolfo se ha escondido en un árbol… Adolfo se ha escondido en un árbol… Adolfo se ha escondido en una árbol” date por muerto… Y lo pongo tres veces porque los niños, lo recordaréis, cuando quieren chivarse al resto del grupo de algo empiezan a gritarlo como si fueran una sirena anti-incendios o un niño de San Ildefonso que acaba de cantar el gordo… que se van hasta la mesa repitiendo a gritos una y otra vez lo mismo y con ese tono acusativo… pues igual, y da igual si es amigo tuyo o no, alguien dijo que no podías subir al árbol y tu has quebrantado la Ley. Eres culpable. Todos tienen que saberlo. La madre que los pario!!!.. mejor dicho La madre que NOS pario!!!

Si un chico jugaba a la comba, a la goma, o a los cromos con las chicas, era declarado “Mariquita” (nada de gay eh…) Ah… también eras Mariquita si llegabas el último en una carrera. Y las carreras empezaban precisamente con el anuncio de esto mismo en voz alta … ya sabéis…. “Mariquita el últimoooo!!!!! Y todos a correr, ¿A donde? Pues nadie lo sabía muy bien pero allá que íbamos como los velociraptores, todos corriendo a donde iba el primero, por si acaso…
De igual manera, aquella chica que se ocurriera jugar al fútbol era “La marimacho” de la clase. Así lo pedía la ley popular. Sin comentarios.

Tener un balón te convertía en el señor feudal de todo el “condado de tu clase” todos eran tus sirvientes y esclavos. Era la Ley.
Balón que por cierto te llevabas al cole en una bolsa a la cual ibas dándole patadas a cada paso que dabas hasta que se rompía la bolsa, ah… y pòr supuesto llevando el chaquetón puesto sólo la capucha y cayendo por encima del mochilón de cincuenta kilos en cuyo fondo siempre se te destapaba un rotulador de la marca “Carioka” dejando un manchurrón oscuro de tinta en el fondo.
Las transacciones comerciales se realizaban con cromos, canicas y cosas así…
La ley nos otorgaba el legítimo derecho de tirar por detrás de los sujetadores de las más precoces de la clase, aunque la misma ley les autorizaba a ellas a corrernos a hostias por todo el patio del colegio también…
Los que iban a octavo curso eran los reyes, y el más fuerte de octavo el “Rey Leon” del colegio el “Simba” del patio. Ahora ya no se llama ni octavo… la verdad es que tengo que pararme a pensar cual es el equivalente ahora.. da igual…
Después estaban las fuerzas del órden público. Los profes. Un buen ejemplo de ello es que cuando había una pelea, peleas en las cueles, por cierto, todo el mudo sabía las reglas (nada de pellizcos ni bocados etc….) bueno como decía, cuando había una pelea, llegaban los profes antidisturbios abriéndose paso a colleja limpia con todo ser viviente, a la voz de “largo” “fuera!!” hasta que llegaban a los púgiles en concreto, a los cuales levantaban del suelo tirando de la oreja, y así te llevaban hasta donde te tuvieran que llevar, que no te tocaban los pies el suelo. Normalmente te llevaban hasta el Tribunal Superior de Justicia. “El dire”

En fin, hay mil ejemplos más pero ya sabéis a lo que me refería hoy con la Ley de los Enanos, verdad? Estoy completamente seguro de que ahora mismo os vienen a la mente unas cuantas Leyes más.. ale… pues no os cortéis y me las dejáis aquí abajo… en los comentarios…

Cuando tengáis chavales cerca observadlos. Se organizan mejor que un hormiguero, Luego aprenden a saltarse esas leyes, a desorganizarse, y a no entender nada. Se llama pubertad.
Nos vemos por aquí.

jueves, 5 de marzo de 2009

Visita a Ikea


Ikea es un sitio grade donde pagas por los muebles que te llevas, pero el que trabaja eres tú. Toda una experiencia.

El primer desengaño te lo llevas cuando piensas que tu casa se va a quedar como la del catálogo. Vamos a ver, ¿Tu cocina tiene 500 m2? Pues ya está… mal empezamos.

Otra cosa que lleva a engaño es que cuando ves un salón o un dormitorio siempre aparece una familia idílica, todos acomodados, relajados y… sin zapatillas, sólo con calcetines. Habéis probado a ir siempre en calcetines. Como tengas terrazo o azulejos se te quedan los pies fríos como témpanos, porque claro estos de Ikea son suecos y el verano no lo contemplan, y como andes por ahí con calcetines y tengas parquet o tarima vas pegando resbalones que estás a punto de partirte la cabeza por los marcos de las puertas.

En fin que me voy del tema (es que me caliento con lo de la publicidad engañosa oye…)

Luego llegas a la tienda, y… da igual el día que vayas, aquello parece el éxodo bíblico de los Judíos, siempre hay dos o tres mil millones de personas (por lo menos), pero bueno allá que entras… como siempre diciendo aquello de “qué asco… cuanta gente!” ya sabéis..(¿?!!).

Allí todo el mundo va en la misma dirección, por el “recorrido marcado”, pero como se te ocurra querer volver atrás te sientes como una trucha en pleno deshielo, no hay manera de remontar ese río humano, y encima la gente te mira mal, así como “Pero dónde vas inadaptao??!!!”

Llega el momento de ver los muebles “en persona”, cara a cara, y claro resulta que ese magnífico sofá que habías visto tan barato, resulta ser… digamos… algo distinto a lo que viste en la foto del catálogo. Y lees la etiqueta y pone “Sofá Strüngen. Hecho con fibras naturales”. Cuando lo justo es que pusiera “Sofá Chunguen, hecho con cajas de cerillas y patas de palillos. Realizado con esmero por los alumnos de tercero de primaria del colegio público Virgen del Carmen en su trabajo de fin de curso”. O algo así.

Ahh.. Ahora que digo de las etiquetas, ahí es donde te vienen las “coordenadas”, yo prefiero llamar así a lo que ellos llaman ubicación de almacén”. Ya os digo yo que es más fácil leer el panel de la estación espacial MIR y saber en que punto de la galaxia te encuentras.. Coño! Si lo que quieren es complicar la vida a la gente que pongan “Ahí abajo, en el almacén, hay un sofá como este, si tienes cojones a encontrarlo te lo quedas por el módico precio de…169€, pero te lo cargas tú con los cuernos”. …y así nadie se lleva a engaño.

A veces, con tanta gente por allí me agobio un poco y me pongo a leer los libros de atrezo que hay por las estanterías de los muebles, me parto de risa, porque me pongo a leerlos en voz baja y como están escritos en sueco, pues parezco una paloma haciendo sonidos guturales de esos que hacen cuando ven que les echas migas de pan. Probadlo y veréis!! (Lo de leer, no lo de echar migas…claro, que lo de las migas también, porqué no, bueno …lo dejo… que me lío leches!!!)

Si finalmente decides comprar algún mueble te das cuenta de lo que te espera cuando llegas al almacén y ves los bultos. Por las dimensiones y el peso, yo siempre pienso que dentro hay un cadáver.
Madre mía!!! Eso si que son paquetes y no el de Nacho Vidal..
Así que lo dejas y dices aquello deee…

- Uf.. quita quita, esto no nos cabe en el coche. ¿Por qué no le pedimos la furgoneta a tu cuñado y volvemos la semana que viene?
- Pero es que mi cuñado la necesita los sábados..
(Y tú que te acabas de deslomar intentando levantar el bulto correspondiente al Sofá Strüngen, sueltas lo que yo llamo una “frase de escapatoria”)

- Pues ya si eso… ya lo vemos… y tal..

(Esto es como decir “No te digo na, y te lo digo to”)

Así que… ¿Qué haces? Pues dices..

- Oye, ya que estamos aquí… ¿Por qué no nos llevamos la lamparita esa que viste?

Y allá que vuelves para atrás, retomando a tu estatus de Trucha río arriba en pleno deshielo y con las aguas crecidas… Y te vuelves a la zona de complementos (popularmente conocida como “chorradicas del Ikea”) golpeándote contra todo cristo y diciendo cada dos pasos “Perdón, perdón,… perdón….”.

Total, que sales del susodicho lugar con una bolsa a rebosar de cosas tipo; máquina de pelar ajos, soporte con anclaje a la pared para pinzas de cejas, un reloj de mesita de noche que hace más ruido que el Big Ben,,, y cosas que nunca, repito nunca, utilizarás más allá del tercer día de después de comprarlas.

Y te vas al coche y lo dejas todo en el maletero bien guardado, porque claro, se te ha hecho la hora de comer y te vas al Mcdonals que hay cerca del Ikea.

- Oye dejo en el asiento estos paquetes, no?
- No no.. mételos en el maletero que no se vean, vaya a ser que lo roben..

Que te dan ganas de decir.. “Claro, claro, lo va a robar la banda de las máquinas pela ajos… no te jode” pero quien se va a querer llevar todo esto? En fin….

He de decir, que alguna vez he vuelto con el furgón de “el cuñado” y me he terminado llevando alguno de estos muebles… que claro… luego hay que montarlos, pero de esto ya hablaremos en otra ocasión.

Hasta pronto.